Sigo después de muchos años mi método habitual. A veces paso hasta un mes sin dar una pincelada. Luego puede asaltarme el deseo imprevisto de pintar y entonces ni ganas tengo de dar clases. Y como lo he hecho toda la vida, mi figuras no corresponden a modelos fijos. En un café, en una esquina, en una clase, observo un rostro, un gesto, lo grabo en mi mente y luego lo traslado al lienzo. Esencialmente me interesan los rostros femeninos.
Braulio Salazar (Declaraciones al diario El Nacional, Caracas 1970)
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